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La Masonería y la Música


La música ha jugado y juega un papel importante en la Masonería especulativa. En las Logias masónicas se desarrolla un ritual que actúa como un verdadero psicodrama en el que junto a los aspectos comunicacionales de la palabra y el diálogo se desarrollan vivencias de comunión afectiva y estética en las que la música, llamada entre nosotros «la columna de armonía», juega un papel en muchos casos esencial

El trabajo en la Logia es fundamentalmente de perfeccionamiento individual a través de lo que nosotros llamamos el método iniciático masónico. Este perfeccionamiento se entiende en términos de autodeterminación. La Masonería basa la perfección de la acción humana en tres dimensiones inherentes a la acción misma y que deben encontrarse siempre armónicamente manifestadas en la obra o expresión. Nosotros llamamos a estas dimensiones: SABIDURÍA, FUERZA y BELLEZA. Esta es la guía de trabajo del Masón. La VERDAD, el BIEN y la BELLEZA, o CONOCIMIENTO, ÉTICA y ESTÉTICA.

En el centro de la Logia erigimos tres pilares en honor de estos tres principios y esto explica que los Masones se vean conducidos a la consideración de las Artes y de todo vehículo de expresión, como un requisito que el propio método exige. El perfeccionamiento masónico no se concibe si no es capaz de rendir un producto útil, bueno y bello al otro, en cualquier medida que sea. Y este producto lo aportará el individuo o el grupo, es decir, la Logia, o la Masonería en su conjunto. Por eso no es extraño encontrar muchas Logias que han escogido el Arte en sus diversas expresiones para hacer de él el producto específico que quieren brindar a sus congéneres.

La música en la Logia no es simplemente una especie de «Hilo musical» que está presente como fondo, sino que cuando la música resuena en Logia lo hace como un elemento constructivo más. La Logia es un Taller de buscadores, entre otras cosas, de belleza. El «Arte Real», la Masonería, es una técnica constructiva que busca coronarse con la belleza.

No es de extrañar, por lo tanto, que la Masonería haya atraído y atraiga a los músicos, ya sean instrumentistas o compositores, y que se hayan dado muchos casos de músicos masones, y entre ellos algunos geniales.

Amadeus Mozart es uno de los grandes nombres en Masonería, al mismo tiempo que lo es en el mundo de la música. Hijo de Leopoldo Mozart, también compositor y francmasón (se inició después que su hijo), Amadeus fue iniciado el 14 de diciembre de 1784; el 7 de enero de 1785 recibió el segundo grado en una Logia distinta de Viena. Ambas Logias fueron unificadas en una sola por decreto del Emperador José II, también masón, adoptando el nombre de la nueva de la nueva esperanza coronada. Con motivo de esta unificación compuso Mozart dos piezas de ocasión: Opening Oda (Kegel 483) y Closing Oda (Kegel 484).

Los conocedores de la vida de Mozart, de la trama de su biografía, coinciden en que la entrada en la francmasonería el 14 de diciembre de 1784 fue para Mozart uno de los acontecimientos más importantes de su vida.

En una de sus cartas, que se ha conservado (4 de abril de 1787), hace algunos comentarios que se refieren a esta cuestión. La carta va dirigida a su padre, y en ella muestra Mozart unos sentimientos de serenidad y de superación de la muerte que pueden identificarse perfectamente con el estilo iniciático del simbolismo masónico, que está todo él orientado precisamente, como signo de maestría, a vencer el temor a la muerte. Menciona en su carta que ha alcanzado esa serenidad «desde hace algunos años», añadiendo «vos ya me comprendéis», un guiño cómplice dirigido a su padre recientemente iniciado en Masonería y conocedor por tanto del sentido de esas palabras.

Según sus biógrafos hay pocas obras de Amadeus que a partir de la fecha de su iniciación no lleven alguna traza visible o velada de esta impronta profunda, que la iniciación masónica dejo en el músico, quién por otra parte vivió, sin saberlo, desde antes de su iniciación, en un ambiente masónico.

«Romped las cadenas del error / desgarrar el velo de los prejuicios / despojaos de todo sectarismo / y que se conviertan en ejes de carreta / los hierros que hasta ahora han derramado la sangre de vuestros hermanos /…»

Liszt fue iniciado en la Logia «Zur Einigkeit» en Francfurt el 18 de septiembre de 1841, recibió el segundo grado de compañero y el tercero de maestro en Berlín al año siguiente.

Jan Sibelius (1865-1957) Considerado el mayor compositor masónico después de Mozart, no sólo por su importancia dentro del mundo de la creación musical sino también por la atención que como compositor ha dedicado a la música masónica utilizada específicamente en el Ritual masónico. Jan Sybelius fue uno de los 27 masones fundadores de la Gran Logia de Finlandia

Beethoven no está documentada su afiliación masónica, algo parecido sucede con Haendel y Haydn.

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